¿Qué es lo primero que se te viene a la cabeza cuándo piensas en alimentación sana? Mucha gente prefiere no pensarlo porque en automático se les viene a la mente “gasto innecesario”. Seguro que has escuchado por ahí que comer sano es caro y que no vale la pena invertir en ello.
La realidad es que comer sano no es sinónimo de gastarte todo tu dinero, pero si tienes que ser un poco más consciente de cómo usas tu dinero. Por supuesto que hay alimentos que son más costosos que otros, pero no como para convertirse en una limitante para alimentarte mejor.
Te dejamos aquí unos consejos para que puedas mejorar tu alimentación sin necesidad de perder todos tus ahorros.
Elimina los gastos hormiga
Muchas veces pensamos que comer sano es caro porque no tomamos en cuenta pequeños gastos que podemos tener diariamente. Por ejemplo, vas caminando por la calle y se te antoja un café o te da sed y te compras una botella de agua; esos pequeños gastos, sin que te des cuenta de que los estás haciendo, pueden afectar mucho tu cartera.
Algo que puedes hacer para evitar esto es cargar con tu propia botella de agua o con tu termo de café. Procura empacar tus propias colaciones y así evitarás el gasto de media mañana en un vaso con fruta o unas papitas, hay miles de opciones muy ricas y nutritivas que puedes cargar contigo en caso de que te de un ataque de antojo o te gane el hambre a media mañana.
Haz un presupuesto
Crear un presupuesto alimenticio es súper importante. Sí no tienes claro cuánto puedes gastar, no vas a tener idea de qué puedes y qué no puedes comprar.
Una idea puede ser determinar el costo de cada comida y dividirlo por días, así sabrás cuánto puedes gastar en total a la semana. Otra idea es fijarse en el precio de las cosas que se van a comprar y ver cuántas veces puedes comprarlas dentro de tu presupuesto. Por ejemplo, si el precio de un litro de jugo es $10 y decides que vas a consumir dos litros a la semana, entonces el costo total del jugo será de $20 a la semana.
Mientras tengas control de tus gastos, alimentarte sanamente no se convertirá en una misión imposible.
Planea tu alimentación
El no tener planes sobre nuestra alimentación puede aumentar los gastos innecesarios a la hora de comprar la despensa. Muchas veces la idea de que comer más sano es más caro viene de no saber qué pensamos comer durante la semana o qué snacks vamos a consumir, como no tenemos una idea clara compramos todo lo que se nos atraviesa o cosas que “a lo mejor” cocinamos; esto va a provocar que la mitad de nuestros víveres se vayan a la basura y quedarnos con la idea de que “comer sano nos va a llevar a la quiebra”.
Organizar tus menús, ya sea de manera semanal o quincenal, puede salvar tu bolsillo y ayudarte a llevar una alimentación mucho más sana sin necesidad de gastar toda tu quincena.
Cocina en casa
No sólo cocinar en casa es una forma de ahorrar, también es una forma de comer sano; una de las maravillas de cocinar en casa es que nos permite elegir los ingredientes que vamos a usar y así evitar las grasas saturadas y el exceso de sal.
La mayoría de los platos que se venden en restaurantes y puestos callejeros no son ni sanos ni económicos, con esto no queremos decir que jamás vuelvas a comer en la calle o te des uno qué otro gustito, simplemente es cuidar un poquito tu salud y tu dinero.
Si no tienes mucho tiempo para cocinar, puedes optar por preparar alimentos que sean fáciles de hacer y que duren varios días, así no tendrás que estresarte el fin de semana porque no sabes qué preparar.
Si tu problema es que te gana la flojera de salir a comprar los ingredientes que necesitas ¡no te preocupes! Entra a Justo y te llevamos tu despensa a la puerta de tu casa.
Hay muchas formas de comer sano y económico, lo importante es que sepas cuál es la mejor para ti y que seas constante en seguirla. Esperamos que estos consejos te sean de utilidad y que empieces a ver la alimentación como una forma de cuidar tu salud y no sólo como un gasto.