A partir de ahora puedes pedir el tradicional pan dulce recién hecho, directo de nuestros hornos hasta tu casa. Para celebrarlo te contamos la historia de cómo llegó el pan dulce a México, y te narramos algunas particularidades de los panes que encontrarás en Jüsto.
Recuerda que en justo.mx utilizamos solo ingredientes de la más alta calidad, y productos frescos, ricos y saludables. Además nuestra panadería es preparada de forma artesanal.
Una tradición llegada de Europa
El pan de dulce no siempre estuvo entre las alacenas de los mexicanos. Recordemos que en lo que ahora es México no existía el trigo y que tanto este ingrediente como el azúcar llegaron con la conquista española.
Esto no significa que los pueblos mesoamericanos no tuvieran alimentos dulces, ya que existían preparaciones con maíz y frutas combinadas con miel de abeja, de agave o de hormigas mieleras.
Así como los españoles integraron a su alimentación productos de América, los antiguos mexicanos empezaron a hacer uso de productos españoles apenas se dieron los primeros contactos.
No solo para los españoles, en gran parte de las grandes culturas antiguas de Europa y Asia el pan era un elemento vital de la alimentación, tanto así que la palabra pan aún es sinónimo de alimento en muchas lenguas.
Sin embargo, cuando los españoles iniciaron los procesos de conquista en América, no contaban con trigo para prepararlo. En lo que fuera la Nueva España no tardaron en buscar una solución, y desde 1528 empezaron a sembrar y a cosechar el trigo que se convertiría en harina y en pan.
Estos primeros panes eran muy rústicos (no existían leudantes) y no agradaron demasiado a los habitantes originales de estas tierras; pero a partir de 1540, con la llegada de las órdenes religiosas femeninas, la gastronomía virreinal prosperó, y el mestizaje enriqueció aún más los recetarios de la nueva nación.
Gracias a estas y otras influencias la cocina mexicana es una de las más ricas y variadas del mundo.
Influencias diversas
El hecho de que una trifulca en una pastelería francesa derivara en una guerra entre Francia y México en 1838, algo nos dice sobre la importancia y las influencias de la panadería mexicana.
No se trató de un momento o de una sola nacionalidad las que aportaron a la panadería mexicana. Ya que a nuestro territorio llegaron franceses, italianos, chinos, y personas de otras nacionalidades.
Hasta antes de la guerra de independencia, fueron pocos los inmigrantes que llegaron a México, y muchos vinieron como visitantes, comerciantes, o contratados por las altas esferas para cumplir laboras relacionadas con la moda y la gastronomía.
Después de la independencia muchos inmigrantes europeos llegaron gracias a las ventajas que el gobierno ofrecía, y otros tantos llegaron debido a las guerras de ocupación que México vivió durante el siglo XIX.
Acostumbrados a consumir bollería, brioches y otras delicias de la panificación, los extranjeros trajeron sus recetas y las compartieron con los locales, dando origen así al mundo inmenso que representa nuestro pan dulce.
El pan nuestro de cada día
El consumo de pan en México forma parte de nuestra cultura y es tan importante que incluso forma parte de nuestro refranero popular.
Aquí algunos ejemplos:
- Las penas con pan son menos.
- El que hambre tiene, en pan piensa.
- Que con su pan se lo coma.
- A quién le dan pan que llore.
- Se juntaron el pan con las ganas de comer.
Y no se diga el pan de dulce. Su consumo está muy arraigado en todos los puntos cardinales de nuestro país, y existen alrededor de 2,500 variedades.
Según datos del gobierno, en México cada persona consume aproximadamente 33.5 kilos de pan al año; y el 30% de este consumo lo representa el pan dulce.
La reina: la concha
Según una encuesta publicada por el gobierno de México, el pan favorito de México es la concha (23% de preferencia), seguida por el cuernito (con el 11%).
Nadie sabe bien a bien dónde ni cuándo se empezaron a elaborar las conchas, pero seguramente tienen su origen en los diferentes brioches que los panaderos franceses trajeron a México.
Las conchas se caracterizan por ser un pan suave y esponjoso, y por la pasta de azúcar que tienen en la parte superior, y que nos recuerda a las conchas marinas.
Un largo viaje desde Viena: el cuernito
La historia del cuernito es muy particular y su origen puede rastrearse hasta la ciudad de Viena. Fue ahí donde se elaboraron los halbmond (media luna), unos panes de pasta de hojaldre que los panaderos vieneses prepararon para conmemorar el triunfo de la ciudad sobre el asedio otomano en el siglo XVII. Como el símbolo del imperio otomano era una medialunas, los vieneses dieron esa forma al pan para simbolizar que se «comían a un otomano».
Este pan se hizo muy popular y pronto viajó a Francia donde recibió el nombre de croissant (literalmente creciente, por la luna creciente). Los panaderos franceses lo trajeron a América y el ingenio mexicano hizo lo propio. Obedeciendo más al sonido y a la forma que a la historia, aquí llamamos a esta delicia cuernito y no medias lunas como en Argentina, o cruasanes como en España.
Los cuernitos no solamente son deliciosos como un bocado dulce; también se pueden rellenar con embutidos y preparaciones saladas.
De los café de chinos: el chino y el bísquet
En el centro de México, sobre todo en la Ciudad de México, son muy comunes los cafés de chinos. Estos empezaron a proliferar en la década de 1940 sobre todo en el centro de la Ciudad de México y se hicieron muy populares debido a sus buenos precios y a lo rico de su cocina.
Unas de las preparaciones favoritas de estos cafés de chinos son el café lechero acompañado de los panes de dulce que ahí si preparan, entre ellos el bísquet y el chino.
Pero los chinos tienen más tiempo en nuestro país. Algunos llegaron en 1876 procedentes de Estados Unidos, país del cual huyeron durante la guerra civil. Otros llegaron durante el siglo XX escapando del régimen comunista.
Como haya sido, no importa, de sus hornos han nacido algunos panes como el choux, que solo se consigue en los cafés y panaderías de chinos; y otros como el bísquet y el chino que después pasaron a formar parte de la panadería mexicana.
La favorita de la sociedad porfiriana: la oreja
Bien es sabido que durante la dictadura de Porfirio Díaz, toda la cúpula política y social de México sentía una gran afinidad por la cultura francesa. Es por eso que el entonces presidente de México hizo venir a un grupo de panaderos franceses.
Entre las preparaciones de estos panaderos estaban las orielles d’elephant (orejas de elefante) preparadas con pasta de hojaldre y cubiertas con azúcar.
Estas orejas fueron muy apreciadas por las personas acaudaladas de la sociedad porfiriana, pero más pronto que tarde la receta se difundió en las panaderías populares, y ahora todos podemos disfrutar de su sabor y textura.
El favorito de todos: el pan de muerto
Apenas llegamos a mitad del año, y ya todos empezamos a buscar el codiciado pan de muerto.
El pan de muerto procede de antiguos rituales prehispánicos donde a las deidades les ofrendaban panes hechos con amaranto y maíz tostado o cocido.
Con el sincretismo que se dio entre festividades cristianas y mesoamericanas, pronto se empezó a conmemorar a los fieles difuntos, desarrollándose la celebración de Día de Muertos, donde el pan de muerto tiene un lugar muy especial por su significado y sabor.
Así que si estás de antojo, ya sabes. Ahora en justo.mx puedes encontrar el pan de dulce de tu preferencia.
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